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El tsunami del 5 de julio… ¿traerá crisis al PLD?

Por Juan López
Es una tangible realidad: los resultados de los comicios del pasado 5 de julio impactaron, en forma negativa, en la mayoría de los partidos políticos; pero con mayor envergadura en el gobernante PLD, lo cual se evidencia en los “numeritos finales y oficiales” de dicha contienda.

Ese tsunami político también se reflejará social, psicológica y cualitativamente, en la dinámica política de los miembros de las bases, dirigentes medios, alta dirigencia del PLD y, en especial, en los miembros del Comité Político (CP-PLD) y altos funcionarios del palacio nacional.

En los 47 años de su fundación, el PLD ha participado en 16 diferentes elecciones. El Prof. Juan Bosch fue, 5 veces consecutivas, su único candidato presidencial: 1978, 1982, 1986, 1990 y 1994.

El PLD fue víctima de un fraude electoral en 1990. La forma como se enfrentó dicho fraude diezmó la militancia y simpatía peledeista de tal magnitud que, en los siguientes comicios del 1994, apenas alcanzó un 13 % de los votos.

El PLD ha triunfado en 7 elecciones y ha perdido 9 ocasiones. En 7 de sus 9 derrotas, el PLD se estremeció por serias crisis por contradicciones internas entre sus principales líderes que produjeron depresiones, frustraciones, renuncias de varios dirigentes a la política partidista y divisiones del Partido:
La derrota del 1978 produjo su primera crisis que se materializó con la renuncia de su Secretario General, Dr. Antonio Abreu y un grupo de dirigentes que fundaron el partido de la Unidad Democrática.

La crisis del 1982 produjo una convulsión política peldedeista que concluyó, en 1984, con la expulsión de Rafael Alburquerque, secretario general y ex candidato vicepresidencial, y varios dirigentes que, posteriormente, crearon el Partido del Pueblo Dominicano.

En 1986 se produjo una crisis mediante cuestionamientos ideológicos del sector más identificado con el marxismo, destacándose el “grupo de los Fiallo” y las renuncias otros dirigentes medios.

En la derrota del 1990, aunque el PLD fue víctima del fraude balaguerista, el partido sufrió un fuerte estremecimiento. Se produjo la renuncia de un grupo liderado por Vicente Vengoa, Nélsida Marmolejos y Juan de la Cruz Bruret que constituyó el Partido Concertación Democrática.

La derrota del 1994 fue significativa. Su impacto redujo su caudal de votos porque, de un 33.8 % obtenido en los comicios anteriores del 1990, su votación se redujo a un pírrico 13.3 %.

Con la primera candidatura de Danilo Medina, el PLD perdió en el 2000; pero la concertación interna que dio prioridad a “la unidad en la diversidad”, convirtió al PLD en una verdadera maquinaria electoral, a partir de lo cual, se inició una cadena de 6 triunfos electorales consecutivos: 2004, 2006, 2008, 2010, 2012 y 2016, convirtiéndose en el primer partido dominicano que, en democracia, gobierna durante 16 años consecutivos.
Ahora que el PLD ha sido sufrido su peor derrota, como consecuencia del tsunami político del pasado 5 de julio, y dándole seguimiento a ese histórico comportamiento de crisis peledeistas como consecuencias de las indicadas derrotas electorales, surgen estas interrogantes:

¿Cuál será la actitud política de los miles de militantes del PLD que, como consecuencia directa de esta derrota, podrían engrosar, lamentablemente, el alto porcentaje de dominicanos desempleados?

¿Cuáles serán las estrategias y mecanismos que implementará la alta dirección peledeista (CP-PLD y Danilo Medina) para enfrentar la presión social extra partido, así como los diversos cuestionamientos que, a partir del próximo 16 de agosto, podrían aparecer en los medios de comunicación y redes sociales “sobre diversas situaciones, reclamos y ejecutorias” del saliente gobierno?

¿Existen condiciones objetivas y subjetivas para que otra crisis produzca una nueva división del PLD como consecuencias directas de los problemas incubados, desde el 2015, hasta la división que produjeron los resultados de las primarias abiertas del 6 de octubre del 2019: Renuncia de Leonel Fernández y fundación de la Fuerza del Pueblo?

¿Están las bases y dirigencia media del PLD en disposición de reconocer calidad política y liderazgo al vetusto CP-PLD para conducir un auténtico y transparente proceso de evaluación, críticas y autocríticas con respecto a los resultados del tsunami político que los sacó del poder?

¿Permitirá la organización y desarrollo del próximo IX Congreso la necesaria reestructuración del PLD, su renovación y relanzamiento para ponerlo en condición de buscar el poder, en el 2024, sin pasar por el trauma de otra división y/o diminución significativa de su membresía, como se produjo en las otras derrotas electorales?

Las posibles respuestas a estas preguntas tienen como propósitos encontrar avenencias políticas y adecuadas en la militancia y dirigencia peledeistas, principalmente, de los miembros del CP-PLD y Danilo Medina, su principal líder, para evitar que el impacto del tsunami del 5 de julio produzca una crisis que impida la necesaria reestructuración y relanzamiento del PLD.

¡En sus conocimientos, experiencias, prudencias, nuevas actitudes políticas y manejo del IX Congreso con transparencia, equidad, racionalidad y sin sectarismo dependerá el futuro del PLD!

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