Dedicado a mi madre

Por Yancarlos Simanca

Cuando decidí  incursionar en la política lo hice inspirado en el fenecido líder, doctor José Francisco Peña Gómez, quien con su vocación de servicio y su sincero compromiso social luchó de forma incansable por la construcción de un país incluyente y equitativo, en el que todos tengan igualdad de condiciones.

Peña Gómez pese a tener un génesis inverosímil, se formó y logró escalar a posiciones cimeras en la política y en el ámbito profesional, logrando brindar esperanza a los de abajo y confianza a los de arriba.

Pese a que vivió momentos adversos al ser víctima de una política minada de campañas sucias en su contra hasta el final de su carrera, lo que no lo limitó a luchar “por la gente” usando siempre esto como su emblema de campaña.

Gracias a su dedicación y compromiso fue posible lograr la modernización del régimen municipal, ocupándose de consultar a todas las fuerzas políticas y a todos los sectores sociales y económicos del país, para que formen parte de todos los importantes proyectos que desarrolló en beneficio de la democracia dominicana.

Debo admitir, que en mis inicios en la política, tuve muchas decepciones con líderes que en principio nos involucraban en los trabajos para obtener el triunfo y posteriormente olvidaban los verdaderos héroes de sus victorias, siendo tomados en cuenta, otros que no conocieron los momentos difíciles en la concepción de la batalla para ganar la guerra.

No me tomo lo sucedido como una decepción, sino como una experiencia de la que he aprendido y que me ha permitido avanzar y conocer más las personas, sobre todo a quienes ejercen política en el país.

Contrario a mucho me tocó la oportunidad de conocer a un gran ser humano que me abrió las puertas de su casa y me invitó a desarrollar una nueva forma de hacer política, basado en propuestas y compromisos, con un contacto permanente con la gente.

Manuel Jiménez es uno de esos líderes comprometidos con su gente y que sabe valorar a quienes se sacrifican en los proyectos. Una persona que desarrolla el ejercicio de la política con un alto sentido de responsabilidad cívica y patriótica, vinculado a las mejores causas, defendiendo las cosas justas, sin importar a quienes tenga que enfrentar en la defensa de la patria.

Hoy más que nunca estoy convencido que valió la pena el sacrificio, de tantos días extensos y riesgos que nos tocó sobrellevar durante largos años a su lado, gracias maestro por su confianza.

Antes que nada debo agradecer a Dios por darme la mujer que más he podido admirar, aquella madre que nunca se cansó de luchar por su familia y dotar de la mejor formación hogareña, basado en el respeto a los demás y la dedicación al trabajo honesto para poder cosechar grandes frutos en el futuro. Mi inspiración de la honestidad y de preservar la humildad ante todo.

Gracias Madre, por ser la mujer más valiente y decidida que conocí en el mundo, invencible ante los infortunios y por ser una gran luchadora e incansable por tus hijos.

Clidia Ferreras fue la mujer que me formó y me impulsó a seguir adelante, dejándome por legado que aun en los momentos más adversos que me ha tocado enfrentar, no incurrir en errores de los que luego tenga que arrepentirme.

Hoy te dedico este triunfo, del que se te sientes orgullosa de que uno de tus retoños ha logrado escalar, gracias por todo, prometo nunca defraudarte.