Sugerencias para superar la nociva anarquía en la UASD
Juan López
Desde el Municipio
El Vicerrector Docente de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) se vio compelido (mediante circular d/f 9-11-16) a comunicar la prórroga, por dos semanas, de la docencia como consecuencia de las múltiples interrupciones que habían provocado las anárquicas acciones que escenificaron reducidos grupos alrededor del campus universitario.
No obstante esa costosa decisión, la docencia en la UASD fueron nuevamente suspendidas, en la pasada semana, durante cuatro días consecutivos por los actos vandálicos que volvieron a protagonizar esos desaprensivos grupúsculos que, por suerte, no son reivindicados por la Federación Dominicana de Estudiantes (FED) ni por las diferentes organizaciones estudiantiles, de profesores y de empleados que, formalmente, funcionan en la academia.
Muchos de los participantes en dichos desórdenes son ignorantes de las causas de las “movilizqciones” y algunos de los supuestos dirigentes argumentan que “la lucha es para obtener aumento del 5% del Presupuesto Nacional para la UASD” Es lo que se dice y la apariencia.
Los cambios políticos, el clima de libertades, el respeto a los derechos, el avance de los medios de comunicación y la dinámica de las redes sociales en nuestro país han desfasado esos obsoletos métodos de lucha que, en esta época, sólo producen daños a la UASD, a los verdaderos estudiantes, a los residentes en el vecindario del campus y a la sociedad que es la que cubre todos los gastos de la Universidad.
Ante la impotencia e indefensión de las autoridades uasdianas para controlar la situación, conjunto de profesores, empleados y estudiantes, hastiados y muy preocupados, ya empezaron a manifestarse, en forma pacífica y a través de diferentes manifiestos, en contra de esas recurrentes y nocivas anarquías, cuyos daños tangibles son numerosos, pero los perjuicios intangibles son superiores y de mayor cuantía.
Lo anterior se verifica al contestar las siguientes preguntas:
Cuántos millones de pesos pierde la UASD y el país por cada día que se suspende la docencia?
Cuántos millones de pesos pierden los negocios y residentes en el vecindario del campus universitario?
Cuántos millones de pesos pierden los ciudadanos que, inocentes y desinformados, transitan por las calles aledañas a la UASD cuando se escenifican esos desórdenes?
Cuántos estudiantes desertan de sus estudios en la UASD como consecuencia directa del temor por sus vidas, por el fastidio y desmotivación que les generan esas falsas luchas?
Cuál es el verdadero costo del daño a la buena imagen y prestigio de la UASD a nivel de la sociedad por esas inútiles y estériles acciones?
Por qué se mantiene y usa el “fuero universitario” contra las autoridades nacionales, mientras que para los delincuentes se permite “el dejar hacer y dejar pasar“ protegidos con el sambenito de “la autonomía y fuero del campus uasdiano”?
Con en esas pseudas luchas se integran o alejan a la inmensa mayoría del estudiantado?
El pueblo acepta o rechaza esas peligrosas y anárquicas acciones?
Amparado en nuestra experiencia como ex dirigente estudiantil (1969-1977), como profesor por más de tres décadas, ex dirigentes de grupos profesorales y ex funcionario en varias dependencias de la UASD, muy preocupado por esta lamentable situación que deteriora la imagen y el quehacer universitario, luego de las reflexiones que al respecto hicimos, acogemos como bueno y válido el conjunto de atinadas sugerencias del profesor y amigo Francisco Luciano, las que tienen como propósito ir al fondo para superar los problemas que, desde hace años, afectan la calidad de la docencia e impiden que la UASD cumplan con sus labores administrativas y sus funciones de investigación y extensión universitarias. Es pertinente y necesario:
1. Declarar a la UASD en estado de emergencia.
2. Realizar una urgente reunión del Consejo Universitario, fuera de la sede central, para tomar medidas que se correspondan con el estado de emergencia.
3. Identificar, responsablemente, a los actores externos e internos que motorizan el caos y los actos vandálicos en el campus universitario y el vecindario, sancionarlos drásticamente, darlos a conocer públicamente y someterlos a la justicia.
4. El Consejo Universitario levante, transitoriamente, el fuero universitario para permitir que las autoridades nacionales puedan perseguir a los delincuentes que pululan en territorios de la UASD.
5. Disponer la depuración de todos los servidores universitarios por parte de las autoridades judiciales y permitir la aplicación de pruebas anti domping.
6. Realizar un profundo saneamiento académico, implementar la cuenta única y administrar con absoluta transparencia su presupuesto.
7. Que las autoridades universitarias mantengan el diálogo a profundidad sobre la real situación de la Academia con las autoridades gubernamentales para concitar su respaldo a las medidas que se habrán de implementar desde ya, y también las de mediano y largo plazos, para salvar a la UASD, nuestra querida Primera Universidad del Nuevo Mundo.