Por Nilda Alaniz
Es bien sabido que todo el que ingresa a una fuerza política lo hace persiguiendo algún fin.
En algunos casos el que milita lo hace por el compromiso que en algún momento fijó con un líder emblemático del partido, lealtad que mantienen a pesar del paso del tiempo; otros lo hacen persiguiendo los mas altos intereses de la nación y su partido; mientras que otros lo hacen por el BAM “Bulto, Ayante y Movimiento”, estos que en muchos casos suelen ser los mas y que por este amor al BAM, aspiran y aspiran sin un pequeño ápice de oportunidad de que su partido pueda lograr trascender y conquistar los intereses de la masa.
Este pudiera ser el caso de lo que ocurre en el municipio de Santo Domingo Este, donde algunos pocos en defensa de sus intereses personales se resisten aceptar la incursión del pastor Dío Astacio quien ya ha conquistado los corazones del PRM y ahora procura conquistar la Alcaldía y destronar al partido de gobierno de tan importante plaza, la cual se ha visto sumida en el caos, el desorden y la falta de administración a la que la tiene sometida el actual alcalde.
Pero, lamentablemente como el orgullo de muchos puede anteponerse a los intereses del partido, algunos pudieran pretender aspirar y querer hacerle frente al pre candidato Dío Astacio que llegó para sumar, unir y ganar. El cual no solo ha calado en el gusto de la cúpula del PRM, sino en los militantes fieles, aquellos compañeros que no se rinden y que esperan ser gobierno para demostrar que el municipio cambia es con voluntad y capacidad, no con amiguismo y nepotismo.
Todos estamos expectantes de que ocurrirá, aunque estamos seguros que el compromiso con los intereses del partido y la sensatez será lo que primará en los corazones de quienes en medio de posibles malos consejos quieran enfrentarse a lo que el partido necesita, que no es mas que ocupar esos espacios neurálgicos para enarbolar aquellas insignes palabras “Primero la gente”.
