Por Tony Pina
Si la vida fuera para toda la vida, yo concebiría todo lo absurdo y lo insólito que a diario veo y leo, y nada me extrañaría; pero sabiendo, como sé que somos aves de paso en este mundo y que nos debemos a unas reglas ya establecidas o a un código ético-moral y a una conducta, ¿cómo quedarme callado ante un presidente de un Colegio Dominicano de Periodistas (CDP) que raya en lo absurdo y orilla lo ridículo?
¿Cómo es que Olivo De León, en nombre de una institución colegiada, felicita a personas que no son periodistas por haber sido elegidos jueces de la Junta Central Electoral?
¿Con qué derecho este señor que funge de presidente habla en mi nombre y comete semejantes sandeces?
Un pronunciamiento público del presidente o titular de una entidad, a menos que no sea una reacción personal, no debe ser asumido de manera individual. Olivo De León no está para felicitar jueces, ni de la JCE ni de ninguna instancia o corte; Olivo De León está para dirigir por buen camino y atino los destinos del CDP.
CDP expresa satisfacción por elección de tres periodistas como jueces de la JCE
Olivo De León, que repite en la presidencia del CDP, bien debería ser juzgado y sancionado por incurrir en faltas graves en el ejercicio de sus funciones.
Se entiende su parcialidad política y hasta su «compromiso» como asalariado del Gobierno, pero jamás se entiende, ni entendería jamás, que «felicite» a abogados elegidos a jueces. Esa no es la misión ni la visión de una institución como el CDP, que da lástima que haya caído de tan alto en su prestigio por ignorancia de su rol de parte de quienes lo dirigen.
No cuestiono la elección como jueces de Carmen Imbert Brugal, a quien conozco desde que era juez de la desaparecida instancia de la Quinta Circunscripción y la oigo y la veo en programas de radio y televisión; y a Roberto Saladin, abogado, economista y ex gobernador del Banco Central y ex embajador de la República.
A Luis García, que es periodista de toda una vida, sí que lo felicito por haber logrado tan meritoria distinción en su condición de abogado.
Olivo de León debe saber muy bien que aunque el potrero está lleno de chivos, no todos somos borregos.