Opiniones

Es para venir y verCosta del Faro, Santo Domingo Este: Un viaje al corazón del Caribe

Por Milton Olivo

Como bien dice el lema: Costa del Faro es para venir y ver. Ya sea que llegues desde el Aeropuerto Internacional Las Américas, al cruzar el peaje, o cruces desde la ciudad capital por el icónico Puente Juan Bosch, el Puente Flotante o el Puente de la 17, un detalle es claro: una vez cruzas, estás dentro de una promesa cumplida; Costa del Faro. La primera ciudad del hemisferio occidental, te recibe con un aire cargado de Mar, palmera, tambor, colorido y paz.

La Ermita del Rosario: El Alma del Siglo XV. Iniciar el recorrido por la Iglesia La Ermita del Rosario es abrir un portal espiritual. Esta joya arquitectónica del siglo XV no solo es la iglesia más antigua de la República Dominicana, es la más antigua del hemisferio occidental, el primer lugar levantado en piedras donde se elevó un padre nuestro en el nuevo mundo.

Avenida España: El Paseo del Caribe. Deslizarse por la Avenida España, bañada de un lado por el azul profundo del Caribe y del otro por una joya urbana cuidadosamente ornamentada, es una experiencia sensorial. Palmeras, almendros, aromas de coco y pescado fresco se mezclan con el rumor de las olas.

El Faro a Colón. Con sus museos, de cada uno de los países del continente y más, es una experiencia de otro nivel, cada museo es en sí, una experiencia psicodélica, son especie de túnel del tiempo, cruza una puerta y pasa a otro mundo, a otro tiempo, otra Era.

El Anfiteatro Luisito Marti. Ubicado en el corazón de Costa del Faro, en el Parque del Este, se alza como un epicentro de entretenimiento y emoción. Enclavado en un entorno donde el mar y la cultura se abrazan, este espacio acoge conciertos, festivales y eventos multitudinarios con una energía que solo el Caribe puede ofrecer.

Las Cuevas de los Tres Ojos: Después de bajar unos 40 metros bajo tierra, por seguras escaleras, en el corazón de la piedra caliza, se esconden los Tres Ojos, tres inmensos lagos subterráneos especie de espejos del alma. Este parque nacional es una cápsula del tiempo geológico, un templo natural de aguas cristalinas que nos conecta con el susurro recreativo de los primeros tiempos del hombre sobre la tierra.

Playa de La Caleta. Quien la visita, descubre un rincón de calma y alegría familiar. Sus aguas serenas en constante palpitar, exclusivo rincón recreativo marítimo de playa para los amantes del buceo, la natación y el picnic, que nos invita a reflexionar y crecer.

Cachón de la Rubia: El Edén Escondido. Pocos lugares combinan tanta riqueza natural como el Cachón de la Rubia. Un parque ecológico, rincón eco turístico de verdor infinito e inagotable. Extraordinario Parque Natural, origen de múltiples fuentes de aguas, rica de flora y fauna, con diversos arroyos, con sus aguas cristalinas que invitan a sumergirse, y bordeado por el Río Ozama y el Río Isabela.

Iglesia de los Negros Mina: La Voz del Silencio. En esta iglesia del siglo XVI, construida por y para los esclavizados africanos, se siente el peso de la historia. La Iglesia de los Negros Minas, es un espacio de memoria, de resistencia espiritual, donde el eco de los tambores, valentía y cantos de fe del áfrica negra, aún vibra entre sus muros.

Monumento a la Caña: La Columna de Azúcar. Una escultura que no es solo un monumento, sino una narrativa de la economía nacional. El Monumento a la Caña nos recuerda que la dulzura del Caribe también tuvo su precio, y que el azúcar fue la sangre que corrió y corre por las venas del alma nacional dominicana

Club Oficiales Marina de Guerra: Lujo Histórico a Orillas del Mar. Antigua mansión del presidente Trujillo, hoy el Club de los Oficiales es una joya republicana. Piscinas, restaurantes, un lounge para fumadores, y bañado por la majestuosa playa de San Souci hacen de este lugar una experiencia elitista al alcance del pueblo.

Plaza de la Juventud, Punta Torrecilla: El Faro de los Tiempos. En este lugar, el mar se convierte en un espejo para los sueños. Con el faro como centinela, es un espacio maravillosos para los niños correr, volar chichiguas, la familia salir de picnic, es un mirador de la gran ciudad donde puede contemplar toda la ribera del Distrito Nacional.

Chencha Espacio Abierto: Son y Sabor. Los viernes, Chencha se transforma. Este colorido espacio cultural, frente al Río Ozama, abre pista al son, al merengue, al tambor. Es más que un lugar para bailar: es un rito de encuentro entre generaciones, colores y ritmos que definen la alegría nacional.

Restaurante La Marinita: Sabor y Río. Al cruzar el puente flotante, La Marinita se presenta como una bienvenida gourmet. Desde aquí se contempla el río Ozama y una flota de yates que adornan la vista. Un rincón perfecto para el relax, la buena mesa y el lujo discreto.

La Cueva del Edén, Cavernas y Sabor. Es un proyecto eco turístico creado dentro de una reserva natural, en medio de frutales, fogones, áreas de descanso y dos cuevas milenarias. Es un paraíso subterráneo ofrece una escapada única y fascinante para aquellos que buscan desconectarse de la rutina diaria y sumergirse en la majestuosidad de la naturaleza.

Costa del Faro Vitrina del Futuro en el presente. Es mucho más que un conjunto de atracciones. Es una declaración de identidad, una vitrina de la República Dominicana en su mejor versión: una mezcla de cultura, naturaleza, historia y desarrollo social. Es la nueva cara del Caribe, y está lista para ser descubierta. Costa del Faro, SDE. Es para venir y ver.

Compartir:

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba