
La Ciberseguridad Operacional e Inteligencia Digital: Un Pilar Fundamental para la Protección del Mundo Digital
Por Juan Antonio Mateo Ciprian
En un mundo en el que todo está interconectado, la ciberseguridad operacional y la inteligencia digital se encuentran entre los elementos básicos en la protección de la infraestructura crítica, los datos confidenciales y el funcionamiento en general de las organizaciones. En este artículo, exploramos la importancia de estas dos áreas en la protección de los sistemas y los procesos operacionales contra las ciberamenazas y cómo las estrategias de la inteligencia digital agilizan la respuesta a los ciberataques. También consideramos el papel ejecutado por estos dos campos en el ámbito de los sistemas de negocios y gubernamentales, junto con las tecnologías emergentes que los reinventan a los dos.
La digitalización ha consolidado sus posiciones en todos los aspectos de la vida humana a lo largo de la última década, desde la economía y la educación hasta la salud y el gobierno. Aun así, aunque es un logro extraordinario, la exposición de datos personales, la interrupción de servicios críticos y las ciberamenazas retornan entre sus consecuencias negativas. La ciberseguridad operacional se refiere a la protección de los sistemas que operan para o garantizan la continuidad de las operaciones en una organización: estos principalmente incluyen sistemas de infraestructura, sistemas de control industrial y redes de comunicación.
Por otro lado, la inteligencia digital implica la recolección y el análisis de diversas fuentes de información digital destinada a identificar y mitigar las amenazas cibernéticas, y se enfoca en mejorar la resistencia de las organizaciones a los ataques. Una combinación de ambos es lo que requieren todas las empresas y compañías en un entorno tecnológicamente dependiente.
Asimismo, la ciberseguridad operacional se basa en proteger los sistemas detrás de las infraestructuras críticas y las operaciones diarias de una organización. De las empresas a los gobiernos, las empresas hacen que éstos dependan de los sistemas automatizados, industriales y de red para administrar sus operaciones. Por lo tanto, los ataques dirigidos a estos sistemas pueden ser brutalmente destruidos y financieros para las empresas y otros basados en la reputación. Incluso un ataque exitoso en la infraestructura crítica, como una central eléctrica, un sistema de transporte o un hospital, puede paralizar las operaciones, poner las vidas humanas en crisis y amenazar la nación.
Además, estos sistemas, que a menudo dependen uno del otro, se convierten en hackers sofisticados y presentan todas las amenazas conocidas, como ataques de denegación de servicio, ransomware para complementar el programa de juego, software vulnerable y acceso no autorizado a redes. La ciberseguridad operacional no sólo significa protección técnica de redes y equipos, sino también la administración de riesgos, aplicación de reglas, capacitación de empleados y desarrollo de plan de respuesta, mientras tanto, la inteligencia digital se ha convertido en un componente clave de la ciberseguridad moderna. La inteligencia digital depende de la adquisición de diversas fuentes digitales, como las redes sociales, los foros, las plataformas en línea y en algunos casos los dispositivos conectados.
Igualmente, una de las características más importantes en la inteligencia digital es el uso de sistemas avanzados y analíticos de datos, como la Inteligencia Artificial y el aprendizaje automático, que pueden identificar patrones de comportamiento en el ciberespacio y detectar anomalías en tiempo real. Más allá de aprender a reconocer excepciones, estos sistemas también aprenden cómo reaccionan las amenazas y, al hacerlo, hacen que la identificación de posibles amenazas al sistema sea predecible. Gran parte del análisis de esta información se realiza con grandes volúmenes de datos y la correlación de datos de múltiples fuentes, a menudo utilizando algoritmos que permiten a las empresas y gobiernos crear procesos efectivos para gestionar incidentes de seguridad cibernética y tiempos de respuesta.
También, la ciberseguridad operacional y la inteligencia digital deben combinarse cuando se refiere a la protección de los sistemas críticos de una organización. La primera se ocupa de la protección lógica y física del sistema, mientras que la segunda proporciona una visión más amplia de forma detallada de posibles amenazas y actores malignos y, por lo tanto, puede ser más proactiva que reactiva. Un ejemplo de esta integración puede ser el uso de una plataforma de gestión de ciberseguridad con inteligencia digital incorporada, lo que permite a las organizaciones monitorear continuamente sus redes y encontrar vulnerabilidades, y ya no responde a un intento de ataque, sino que también lo anticipa. La inteligencia ayudará a garantizar que lo que se materializa sea una toma de decisiones en tiempo real, con hechos acertados y relevantes.
Además, la inteligencia digital también permite la cooperación entre organizaciones, facilitando la compartición segura y eficaz de información sobre ciberamenazas. Esto podría llevar incluso a una red de defensa más robusta, ya que las distintas entidades pueden unir esfuerzos para contrarrestar las amenazas cibernéticas. Desafíos en la implementación de ciberseguridad operativa e inteligencia digital Al igual que con sus múltiples beneficios, la implementación de estrategias eficaces de ciberseguridad operativa e inteligencia digital indeleblemente enfrenta desafíos.
En primer lugar, las vulnerabilidades en constante evolución de las ciberamenazas requieren que las organizaciones tengan un esfuerzo incesante hoy. Constantemente, los atacantes buscan nuevas maneras de comprometer la seguridad, obligando a las organizaciones a invertir en tecnologías emergentes y mejorar protocolos de seguridad. En segundo lugar, la escasez aguda de talento apropiado es otro desafío urgente. La demanda de profesionales capacitados en ciberseguridad, inteligencia digital y análisis de datos excede con creces la oferta, lo que hace que resulte considerablemente difícil para muchos implementar estrategias efectivas, especialmente en países en desarrollo. La protección de la privacidad también sigue siendo un asunto relevante.
Aunque la inteligencia digital le da a los expertos la capacidad de recopilar cantidades tremendas de datos para detectar amenazas. Es vital resaltar que la ciberseguridad puede socavar la privacidad por lo que las organizaciones pueden mantener el equilibrio entre la amenaza y la protección de los derechos individuales.
Además, la Inteligencia Artificial y el aprendizaje automático seguirán desempeñando un papel importante para mejorar los sistemas de protección al detectar patrones de ataque cada vez más complicados. Otro punto crítico es desarrollar una verdadera cultura de ciberseguridad dentro de las organizaciones. Se destaca: adiestramiento regular de empleados y conciencia de la ciberseguridad son vitales y necesarios para fortalecer estas. La colaboración internacional también será vital para abordar estas ciberamenazas globales. Muchas veces, los atacantes operan desde diferentes países: cometen amenazas desde todas partes del mundo, dependiendo de las oportunidades abierto por los fallos de seguridad en un país específico.
Finalmente, el futuro de la ciberseguridad operacional e inteligencia digital es prominente en el eje de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial, el IoT y el 5G. Si bien estas tecnologías ofrecen oportunidades adicionales para hacer que las aplicaciones críticas para el funcionamiento y la inteligencia digital sean más seguras, abren al mismo tiempo muchas nuevas puertas para los atacantes. A medida que un número cada vez mayor de dispositivos se conectan a Internet, su superficie potencial de ataque también aumenta. Por lo tanto, se necesitan no solo más medidas de seguridad activas, sino también la posibilidad de anticipar las amenazas que están tanteando a través de la inteligencia digital.
*El autor es Abogado- Catedrático Universitario
jumat2776@hotmail.com