En cuestión de horas
En cuestión de horas, la Cámara de Diputados convirtió ayer en ley el proyecto que declara necesidad de una reforma constitucional, el presidente de la República la promulgó y la titular del Senado convocó a la Asamblea Revisora, en rápida sucesión de hechos con el voto positivo de los partidos Revolucionario (PRD) y Reformista Social cristiano (PRSC).
El proyecto reeleccionista, que despegó en firme después del acuerdo que puso fin a la crisis interna del Partido de la Liberación (PLD), ha recorrido sin mayores dificultades el tramo de aprobación congresual, con la novedad de que los legisladores del PRD se adhirieron a esa iniciativa.
Aunque no se ha informado públicamente, tal parece que el apoyo ofrecido por la bancada perredeísta a la ley de reforma constitucional estaría conectado con algún acuerdo político de mayor espectro y que incidiría notablemente en las elecciones del 20 de mayo de 2016.
El presidente Danilo Medina lograría arribar a la Asamblea Revisora convocada para este sábado a las 10:00 de la mañana con la aprobación adelantada de las bancadas del PLD, PRD, PRSC y del Partido La Estructura, aunque se resalta la disidencia de al menos cinco asambleístas declarados independientes.
Es previsible que el artículo 124 de la Constitución sea objeto de una modificación a los fines de insertar la aprobación de la reelección presidencial por un único periodo, aun con el rechazo de los parlamentarios del Partido Revolucionario Moderno (PRM).
Una expectante sociedad aspira a que tan arriesgada empresa de reforma constitucional no se convierta en otra frustración ciudadana, sino en un motivo para que el debate y la interacción de los partidos políticos estén signados en el interés nacional y no en la distribución de canonjías.
Ojalá que la sesión de la Asamblea Revisora se celebre con la mayor solemnidad y respeto a la Constitución Política del Estado, y los asambleístas asuman conciencia sobre su compromiso de defenderla y blindarla para que nunca sea violada ni enajenada.
El Gobierno y el partido oficial están en obligación de proveer seguridades a la población de que los aprestos reeleccionistas no se llevan como caña para el ingenio y que se ofrecerán plenas garantías de que el proceso electoral no será perturbado por ningún fantasma del exceso.