Santo Domingo.- El presidente del partido Revolucionario Dominicano (PRD), Ing. Miguel Vargas durante la suscripción del acuerdo con el candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), dirigió un discurso a los dirigentes de ambas instituciones politicas en la que planteo a su juicio la importancia de dicho acuerdo.
A continuación el texto integro del discurso:
Señor Presidente de la República, Licenciado Danilo Medina
Señor Ex Presidente de la República del Ecuador, doctor Rodrigo Borja.
Señor Ex Presidente de la República de Guatemala, ingeniero Álvaro Colom.
Señor Ex Gobernador de Puerto Rico, doctor Aníbal Acevedo Vilá.
Señor Secretario General de la Internacional Socialista, doctor Luis Ayala.
Señor Secretario General del Partido de la Liberación Dominicana Dr. Reinaldo Pared Pérez.
Señores miembros de la dirección del Partido de la Liberación Dominicana.
Señora Peggy Cabral de Peña Gómez Presidenta en Funciones del Partido Revolucionario Dominicano.
Compañeras y compañeros de la Comisión Política de nuestro Partido.
Invitados especiales.
Pueblo Dominicano.
Este es un día histórico. El destino nos ha concedido el privilegio de ser actores de una etapa crucial en la vida de la República Dominicana.
Vivimos un momento en el cual el interés colectivo nos exige colocar en primer lugar la unidad nacional, para lograr los objetivos fundamentales de nuestro pueblo, más allá de cualquier aspiración particular o partidaria.
En las campañas presidenciales lo que tradicionalmente se debate es quién va a ganar las elecciones. Con esta gran alianza, a partir de hoy, eso ya no está en discusión. Este Acuerdo de Gobierno Compartido de Unidad Nacional, garantiza que con el voto de una abrumadora mayoría, Danilo Medina será de nuevo electo Presidente de la República.
Hoy la discusión es otra. El debate de este momento es cómo tiene que ser y qué tiene que hacer el nuevo gobierno, porque los tiempos han cambiado. Con el oído puesto en el corazón de nuestro pueblo llegamos al convencimiento de que para solucionar sus problemas más urgentes, era indispensable lograr una gran unidad. Con toda responsabilidad, llegamos a la conclusión de que en este momento es más viable alcanzar esa gran unidad en torno a Danilo Medina.
El presidente Danilo Medina y yo nos hemos reunido en diversas ocasiones, y analizamos la situación del país y las duras tareas que nos esperan para superar grandes desafíos que requieren un amplio y sólido respaldo. Respaldo no sólo político, sino también de la sociedad civil organizada y de las instituciones públicas y privadas.
Quiero resaltar el espíritu de convivencia, apertura, humildad y compromiso, que ha demostrado desde el principio de nuestras conversaciones el Presidente Danilo Medina, actitud que valoramos. Gracias, Danilo.
Nos planteamos qué debíamos hacer y cómo debíamos hacerlo. Cohesión nacional es la palabra:
La respuesta que nos dimos fue la de alcanzar un Acuerdo que le diera a la sociedad una gran confianza en su presente y en su futuro. Que ofreciera a los pobres de nuestro país una esperanza cierta. Y que también propusiera al sector productivo, a los empresarios nacionales y extranjeros, una solida seguridad jurídica y más amplios campos de inversión; y en general, que le diera a todos los dominicanos la certeza de un futuro promisorio.
El Partido de la Liberación Dominicana, el Partido Revolucionario Dominicano, Danilo Medina y yo, hemos demostrado con este Acuerdo, el cual refleja madurez política, que somos capaces de trabajar juntos en torno a nuestras coincidencias, por encima de las diferencias que pudiéramos tener, y que son propias de la democracia.
Lo natural en una democracia es la competencia electoral. Sin embargo, hay momentos, como este, en los que un acuerdo institucional es imprescindible para dar un salto hacia el futuro. Hoy nuestro partido, sus militantes y simpatizantes, y quien les habla, vamos a compartir con el presidente Medina el esfuerzo necesario para construir el país que merecemos.
Como lo señalamos el 15 de junio pasado, acuerdos similares han sido muy exitosos en varias naciones de nuestra América Latina, y también de Europa, cuyas organizaciones políticas fundamentales, en algún momento antagónicas, decidieron establecer una agenda común para enfrentar y solucionar juntos las grandes dificultades de sus respectivos países.
Aquí tengo, como testigo de excepción, al presidente Medina.
El 29 de abril del 2013, presidiendo una comisión del PRD, acudimos al Palacio Nacional para llevarle catorce propuestas en torno a la solución de los grandes problemas nacionales.
Lo hicimos porque es parte de la historia y también de los genes del PRD.
Quiero recordar que el doctor José Francisco Peña Gómez fue un abanderado de la concertación, y que a ella entregó sus mejores y mayores esfuerzos. Que llegó incluso a sacrificar la Presidencia de la República, ganada en las elecciones de 1994, para evitar los tormentos que le habría causado a la sociedad dominicana un enfrentamiento con la fuerza gobernante de entonces.
Señoras y señores, quiero referirme ahora a algunos de los términos de este Acuerdo:
La reforma del Estado es un desafío que nos corresponde asumir con firmeza. El fortalecimiento de nuestras instituciones y la descentralización son deudas pendientes que tenemos con el país. Estamos obligados a convertir el Estado dominicano en un instrumento transparente y eficiente para alcanzar el desarrollo sostenible de la nación.
La inclusión social es un reto ineludible. Es mucho más que la búsqueda de elevados niveles de ingresos para los que menos tienen; se trata también de conquistar una vida digna, llena de oportunidades. Necesitamos una clase media potente y próspera, y que los dominicanos en situación de pobreza y de pobreza extrema superen esos niveles para mejorar su calidad de vida.
En ese sentido, hemos acordado planes de acción en áreas que consideramos sensibles, urgentes para nuestro pueblo y factibles en el marco de este entendimiento nacional. Esos planes se refieren a
Empleos de calidad.
Fortalecer al sector salud.
Capacitación de los maestros y demás servidores del sistema educativo.
Aumento significativo del número de viviendas, en beneficio de la clase media y de los sectores más pobres del país.
Creación de un fondo social para la construcción de viviendas de bajo costo, al igual que un programa masivo de titulación de propiedades.
Garantizar el suministro confiable de electricidad, y promover el desarrollo de energías alternativas.
Modernización del transporte público para hacerlo más eficiente.
Dinamización del campo dominicano, ampliando el financiamiento para proyectos agropecuarios.
Extensión a todo el territorio nacional de la cobertura del programa de emergencias 9.1.1.
Aplicación de una adecuada política para alcanzar la meta de un turista por cada habitante, mediante el fortalecimiento de los polos turísticos existentes y el desarrollo de nuevos destinos ecológicamente sustentables.
Fortalecimiento de las leyes y los mecanismos que garanticen total transparencia en el gasto público, para eliminar la corrupción en todas sus manifestaciones, y garantizar la seguridad jurídica.
Promoción de la alianza público-privada para el desarrollo de grandes proyectos que beneficien al pueblo dominicano.
Exigencia del debido respeto a la dignidad nacional y a la defensa de nuestra soberanía, y ejecutar un amplio programa económico y social de seguridad y desarrollo fronterizo.
Atención especial nos merecen los temas relativos a la familia, a la mujer y a la niñez. Tenemos la obligación de fomentar una cultura de respeto a la integridad física, y dignidad de la mujer dominicana.
Por otro lado, tenemos que implementar una inmediata y ambiciosa política de mejoramiento de los servicios públicos. Debemos hacer, y así lo hemos convenido, un inmenso esfuerzo público-privado para que los servicios de agua, alcantarillado, energía eléctrica, basura, transporte, carreteras y comunicaciones, sean eficientes y accesibles para todos.
Un pacto por la seguridad ciudadana que procure la implementación de políticas públicas integrales para garantizar la paz y el sosiego de la familia dominicana.
Educación, salud, servicios públicos de calidad, además de la mejoría de los ingresos de los ciudadanos, son elementos imprescindibles para reducir la pobreza.
En el marco del desarrollo sustentable, quiero plantear también que debemos lograr que las remesas sean una fuente de inversión productiva, que beneficie a los de aquí, y a los de allá.
En síntesis:
Más empleo, más viviendas, ese es el acuerdo.
Más salud, más educación, ese es el acuerdo.
Más seguridad, más soberanía, ese es el acuerdo.
Señor Presidente, así como pusimos el oído en el corazón del pueblo, lo que nos condujo a tomar la decisión de este acuerdo, ahora iremos más allá, y pondremos todos nuestros sentidos para ser garante social de cada compromiso que hoy, aquí, hemos asumido.
Tenemos una enorme tarea de construcción patriótica. Vamos a convertir la República Dominicana en el Nuevo Centro del Caribe, y que así sea considerada por el resto del mundo.
Aunque tenemos mucho tiempo en la política, ni usted, Presidente, ni yo, somos el prototipo del político tradicional. Usted y yo somos de poco hablar y de mucho hacer, lo cual es garantía de que haremos realidad las propuestas contenidas en este Acuerdo. Y hoy, estamos aquí, juntos, para sellar este compromiso.
Con los votos blancos del PRD vamos a contribuir, señor Presidente, con el triunfo de esta alianza que usted encabeza, y que asegura también la victoria popular en el Congreso y en todas las alcaldías del país.
En nombre del Partido Revolucionario Dominicano firmo este acuerdo como homenaje a la juventud dominicana, a la mujer de nuestros campos y ciudades, a los estudiantes, a los profesionales, a nuestros compatriotas de la diáspora, y al trabajador que aspira, lucha y espera.
En esta hora singular de la República Dominicana, también rindo un emocionado homenaje al profesor Juan Bosch y a mi líder, mi amigo, mi compañero y mi hermano, José Francisco Peña Gómez.
Con este acuerdo, compañeras y compañeros, Sr. Presidente, Juan Bosch y Peña Gómez de nuevo se dan la mano.
¡Que viva la República Dominicana!
¡Que Dios bendiga a nuestro pueblo!
¡Muchas gracias!