
ASDN: Entre el desorden y la opacidad, los regidores violan sistemáticamente la Ley Municipal
¿Son legales las sesiones en Ayuntamiento de SDN?
Por: Darwin Feliz Matos
Santo Domingo Norte. – Las sesiones del Concejo de Regidores del Ayuntamiento de Santo Domingo Norte (ASDN) se han convertido en un reflejo palpable de la informalidad institucional, la falta de transparencia y el irrespeto sistemático a la Ley 176-07 del Distrito Nacional y los Municipios. A pesar de ser los llamados garantes del cumplimiento de esta norma, los propios regidores son quienes más la vulneran.
Violación sistemática al artículo 58, párrafo B
El artículo 58, párrafo B, de la Ley 176-07 es claro:
“Las sesiones del concejo serán válidas si se convocan con al menos 48 horas de antelación, salvo casos de urgencia debidamente justificada, y si la documentación pertinente está disponible en la Secretaría para su conocimiento por los regidores.”
No obstante, en el ASDN este precepto legal se ignora con frecuencia. Las convocatorias a sesiones son improvisadas, hechas “de ahora para ahorita”, sin brindar a los regidores ni a la ciudadanía el tiempo suficiente para conocer, analizar o cuestionar los puntos a tratar. En muchos casos, la documentación no se deposita con antelación ni se distribuye formalmente, y cuando se entrega, es el mismo día de la sesión, minutos antes de comenzar.
El “cuarto de los amarres”: agenda sobre la marcha
Lejos de un ejercicio democrático ordenado, las decisiones se toman en lo que algunos ediles llaman “el cuarto de los amarres”, una especie de trastienda donde se pacta qué se incluirá en la agenda del día. Esto desnaturaliza el rol deliberativo del Concejo y evidencia la falta de institucionalidad, ya que las comisiones edilicias no realizan previamente el trabajo que les corresponde para llegar a las sesiones con informes técnicos depurados y consensuados.
Impuntualidad y desorganización como norma
A la falta de convocatoria formal se suma otro mal: la impuntualidad. Las sesiones que se anuncian para las 10:00 de la mañana comienzan con frecuencia pasadas las 2:00 o 3:00 de la tarde. Los munícipes, si se enteran, deben esperar largas horas para que sus demandas o inquietudes sean escuchadas, si es que finalmente logran entrar al salón de sesiones.
Opacidad informativa y exclusión de los medios
Uno de los elementos más preocupantes es la falta de transparencia. El Ayuntamiento de Santo Domingo Norte no publica con regularidad las convocatorias, ni a través de su portal oficial ni de sus redes sociales. Los medios de comunicación locales y nacionales rara vez son invitados, y las informaciones solo trascienden cuando algún regidor desea difundir su intervención personal mediante redes sociales o grupos de WhatsApp. Este secretismo erosiona la confianza pública en las instituciones municipales.
¿Dónde están los mecanismos de control?
El colapso del orden institucional en el ASDN plantea preguntas urgentes: ¿Dónde está la sindicatura para velar por el respeto al orden legal? ¿Por qué el Departamento de Asuntos Jurídicos no interviene ante violaciones reiteradas a la Ley 176-07? ¿Cuál es el rol de la sociedad civil y de las juntas de vecinos frente a este desorden crónico?
Urgencia de institucionalidad y control ciudadano
El Ayuntamiento de Santo Domingo Norte necesita urgentemente una reingeniería institucional que parta del respeto irrestricto a la Ley 176-07. La ciudadanía debe exigir sesiones públicas, convocatorias formales, documentación a tiempo y respeto a los mecanismos democráticos que rigen la administración local. No es aceptable que quienes deben representar al pueblo lo hagan con improvisación, opacidad y desdén hacia las normas.
Flaco servicio:
En el Ayuntamiento de Santo Domingo Norte, los regidores han mostrado una gestión cuestionable, marcada por una notoria falta de fiscalización y compromiso real con las necesidades de la población. Mientras el municipio enfrenta serios problemas como la acumulación de basura, el deterioro de sus principales avenidas y el abandono de infraestructuras clave, los concejales —lejos de levantar la voz o actuar con sentido crítico— han optado por respaldar sin reparos todas las decisiones de la alcaldesa Betty Gerónimo.
Este respaldo no distingue colores políticos, pues tanto los ediles del oficialista PRM como los del PLD y la Fuerza del Pueblo parecen más interesados en mantener el equilibrio de sus intereses que en ejercer una verdadera representación del pueblo. Prueba de ello es el aumento salarial que se autorizaron a sí mismos, elevando sus ingresos de RD$130 mil a RD$150 mil mensuales, sin que esto se traduzca en mejoras visibles en su rendimiento o en beneficios tangibles para la ciudadanía. Pese a que no se puede legislar para su propio beneficio.
Lo más preocupante es que estos regidores, en vez de ser una fuerza de equilibrio y control institucional, actúan como una extensión pasiva de la administración municipal. La crítica ha sido casi inexistente y la rendición de cuentas brilla por su ausencia.
Cuando la prensa independiente intenta cubrir las sesiones del Concejo, muchos ediles se muestran incómodos, reacios al escrutinio y hostiles hacia quienes simplemente buscan informar a la comunidad. Este comportamiento deja en evidencia una desconexión alarmante entre los representantes y los representados, y plantea la necesidad urgente de repensar el rol de los regidores en Santo Domingo Norte: si no serán la voz de sus comunidades,
¿entonces para quién trabajan realmente?